El surrealismo, un movimiento artístico de principios del siglo pasado, donde la fantasía y los sueños se convirtieron en las temáticas principales (pues se creía que se trataban de puertas al subconsciente) encontró un refugio en México. Esto, no sólo porque nuestro país fuera, según el fundador del movimiento, “el más surrealista del mundo”, sino también porque muchos de los grandes expositores del movimiento llegaron a México como refugiados. Entre ellos, estuvieron dos amigas, una inglesa y una española de las que seguro has escuchado hablar: Leonora Carrington y Remedios Varo, cuya amistad quedó registrada en sus obras.
Leonora Carrington en tres datos:
- Nació en Lancashire, Inglaterra en 1917, donde creció rodeada de mitos celtas.
- Llegó a México en 1941 después de pasar la década de los treinta en distintas ciudades europeas y unirse al movimiento surrealista de André Breton.
- En México desarrolló su potencial artístico y convivió con otros artistas surrealistas como Wolfgang Paalen, Alice Rahon, José y Kati Horna, Benjamín Péret y Remedios Varo.
Remedios Varo en tres datos:
- Nació en Girona, España en 1908. Su padre era ingeniero hidráulico, por lo que pronto aprendió perspectiva y matemática (la profesión de su papá también inspiró su obra).
- Llegó a México en 1941 junto con el poeta surrealista Benjamín Péret. Estaban huyendo de la Guerra Civil Española.
- Remedios trabajó para distintas firmas publicitarias a lo largo de los años, hasta que en la década de los cincuenta decidió dedicarse de lleno a la pintura.
Cómo comenzó el movimiento: el surrealismo y André Breton
Después de ser camillero en hospitales durante la Primera Guerra Mundial y leer la obra de Sigmund Freud, el francés André Bretón decidió que era momento de revolucionar la manera de pensar y escribir, por lo que en 1924 escribió el Manifiesto Surrealista y comenzó su propio movimiento artístico.
Poeta por vocación, su escrito hace especial referencia a la literatura, donde lo más importante era dejar que el subconsciente trabajara de forma espontánea y automática, sin estar impedido por la razón. De hecho, fue él quien creó la “escritura automática” en la que el autor deja fluir sus pensamientos en el papel sin ninguna censura.
Cítalo
“El hombre que no puede visualizar un caballo a galope sobre un tomate es un idiota”
André Breton
Una amistad para toda la vida
Aunque las dos llegaron a México el mismo año, Leonora y Remedios se conocieron años antes, en París, donde ambas formaban parte del grupo de André Breton y del movimiento surrealista.
Mientras que Carrington llegó a la capital francesa con Max Ernst, Varo llegó con el poeta Benjamín Péret; sin embargo, ninguna estuvo ahí mucho tiempo, pues las guerras que azotaban a Europa las hicieron buscar refugio en otros sitios hasta que, años después, ambas llegaron a México.
Ambas extranjeras, ambas exiliadas y ambas artistas, fueron amigas cercanas hasta la muerte de Remedios en 1963.
¿Cómo saber si estás viendo una de sus obras?
Aunque cada uno tenía su propio estilo y sello personal, sus obras también compartieron muchas características en común, como el uso de tonalidades ocres y personajes fantásticos en situaciones que sólo se pueden describir como mágicas.
Mientras que las obras de Leonora son más autobiográficas, con una visión femenina y cargadas de la mitología celta con la que creció, las de Remedios usan como tema recurrente las ciencias, a las que representa a través de figuras alargadas.
¿Puedes ver las diferencias?
“Autorretrato” de Leonora Carrington
Eesta obra Carrigton se representa a ella misma acompañada por tres personajes fantásticos: una hiena con tres ubres flácidas, un caballo blanco de juguete y otro caballo de menor tamaño que aparece en el paisaje.
“Simpatía (La rabia del gato)” de Remedios Varo
Esta obra, pintada en la Ciudad de México en 1955 y expuesta por primera vez en la Galería Diana, muestra a la figura humana y al gato en una especie de trance energético.
