Arte a la Luna

Poner un museo en el espacio puede parecer algo que sólo pasaría en un libro de ciencia ficción y, sin embargo, esto es lo que se busca con un nuevo proyecto que mandará “cápsulas de tiempo” a la Luna, con las obras de miles de artistas, para que sean una especie de mensaje dentro de la botella para las siguientes generaciones (no, la idea no es que las vean extraterrestres).

Esta iniciativa, titulada Lunar Codex, mandará tres cápsulas al espacio en los siguientes meses, conocidas como colección Nova, Peregrine y Polaris. La primera en salir hacia su nuevo hogar será la Colección Nova, la cual saldrá de la Tierra en noviembre de este año a través de SpaceX Falcon 9 / NASA CLPS-2 Mission Lander y aterrizará en el cráter Malapert A en el Polo Sur Lunar.

Lunar Codex ¿qué es y cómo empezó?

El Lunar Codex es una colección digitalizada (o miniaturizada) de arte contemporáneo, poesía, revistas, música, películas, podcasts y libros de 30 mil artistas, escritores, músicos y cineastas de 157 países. Es una creación de Samuel Peralta, un físico y autor semiretirado de Canadá con un gran amor por las artes, las ciencias y la ciencia ficción.

El proyecto, que puedes seguir paso por paso en su sitio web, inició gracias a Samuel Peralta, quien el 16 de julio de 2020 compró espacio de carga para ir a la Luna a la primera empresa en ofrecer espacio comercial a particulares, Astrobotic Technology. En esa ocasión mandó Moonstone, un solo poema grabado en un disco de metal plateado.

Podría haberse quedado en eso, pero unos meses después, el físico comenzó a comprar más espacio en otras naves y viajes a la Luna. Así nació el Lunar Codex, pues la colección de obras que quería mandar comenzó a crecer y expandirse.

¿Cómo van a llevar tantas obras?

No, no se trata de un camión de mudanza gigante lleno de lienzos, sino de colección en miniatura de las obras y publicaciones, la cual está almacenada en Nanofiche, un nuevo medio de preservación de archivo analógico, que parece en sí mismo algo sacado de la ciencia ficción. Se trata de pequeñas “hojas” de níquel que pueden albergar hasta 2 mil páginas de texto por centímetro cuadrado. Además, el material del que está hecho este medio de almacenamiento, es el ideal para un viaje al espacio, pues el níquel no se degrada, no se oxida y puede soportar la radiación electromagnética, el calor intenso, el frío extremo y la exposición a los elementos, microbios y muchos tipos de productos químicos durante miles de años o más.

¿Quién escoge los trabajos?

En el principio era un trabajo personal de Samuel Peralta; sin embargo, conforme ha ido creciendo el proyecto, el físico ha unido a un grupo de curadores, editores y coleccionistas. Además, se han organizado diversas convocatorias a través de organizaciones como Brick Street Poetry, quienes organizaron la convocatoria, The Polaris Trilogy Era Contemporary quienes seleccionaron la colección Legends of the Moon, y Art Renewal Center (ARC).

“Nuestra esperanza es que los futuros viajeros que encuentren estas cápsulas del tiempo descubran algo de la riqueza de nuestro mundo actual… habla de la idea de que, a pesar de las guerras, las pandemias y la agitación climática, la humanidad encontró tiempo para soñar y tiempo para crear arte.”

Samuel Peralta

No es la primera vez que obras de arte van a la Luna

Desde hace décadas que la Luna cuenta con obras de arte terrenales. El Moon Museum, un pequeño azulejo de cerámica con dibujos de Forrest Myers, Andy Warhol, Claes Oldenburg, Robert Rauschenberg, David Novros y John Chamberlain, viajó discretamente en la pata de un módulo lunar que quedó en la luna como parte de la Misión del Apolo 12 en 1969.

Fallen Astronaut, una escultura de aluminio del artista belga Paul Van Hoeydonck, fue dejada en la superficie lunar por la tripulación del Apolo 15 en 1971, con una placa conmemorativa de 14 astronautas estadounidenses y cosmonautas soviéticos que murieron en operaciones científicas.

Fuera del proyecto Lunar Codex, otros artistas contemporáneos tienen como objetivo colocar sus obras en la superficie de la Luna a través de viajes espaciales comerciales, incluidos Jeff Koons y el artista británico Sacha Jafri. Además, Arch Mission Foundation está creando una Biblioteca Lunar.

Obras para sentirse en contacto con el espacio

Tomando en cuenta que el Lunar Codex comenzó como el sueño de un autor de ciencia ficción, no podemos pensar en una mejor manera de honrarlo que con una lista de algunas de las obras de este género que (obviamente) toman lugar en el espacio.

The Hitchhiker´s Guide to the Galaxy de Douglas Adams

Segundos antes de que la Tierra sea demolida para construir una autopista galáctica (de lo que los delfines huyen en su nave espacial), Arthur Dent es arrancado del planeta por su amigo Ford Prefect, un investigador de la edición revisada de The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy quien, durante los últimos quince años, ha estado haciéndose pasar por un actor sin trabajo.

Dune de Frank Herbert

Está ambientada en un futuro lejano en medio de un imperio interestelar feudal en expansión, donde las dinastías planetarias están controladas por casas nobles. Dune cuenta la historia del joven Paul Atreides (el heredero aparente del Duque Leto Atreides y heredero de la Casa Atreides) mientras él y su familia aceptan el control del planeta desértico Arrakis, la única fuente de la mezcla de “Especias”, la sustancia más importante y valiosa del cosmos.

Foundation de Isaac Asimov 

En este futuro, la humanidad se ha extendido por toda la galaxia (¡qué sorpresa!) y han adoptado una forma de gobierno imperial que se está estancando y corrompiendo por la idea de que todo lo que se tenía que descubrir ya está hecho. Existe, además, una disciplina conocida como la psicohistoria, que predice matemáticamente el fin del imperio.

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