Si te gusta el cine (y no nos referimos a películas comerciales como el fenómeno Barbenheimer) lo más probable es que conozcas o incluso seas cliente frecuente de la Cineteca Nacional, un recinto que desde su apertura en 1974 se ha convertido no sólo en un espacio para ver películas que no encontrarías en otros cines o que están catalogadas (erróneamente, muchas veces) como “cine de arte”, sino también en un acervo de la historia fílmica del País.
Pero ¿por qué estamos hablando de ella?
Bueno, pues en realidad existen dos razones, la primera es que el 15 de agosto se celebra el Día Nacional del Cine Mexicano, un invento del Senado para fomentar el consumo del cine nacional (no es crítica) y, la segunda, es que el gobierno de la Ciudad de México decidió usar esta “icónica” fecha (establecida en 2017) para inaugurar la segunda sede de la Cineteca Nacional en El Centro Nacional de las Artes (todavía falta la tercera en Chapultepec).
De Churubusco a Xoco y luego a Churubusco otra vez
La Cineteca Nacional, construida en uno de los Foros de los Estudios Churubusco, se inauguró el 17 de enero de 1974 con la proyección de la película “El Compadre de Mendoza”. En ese momento contaba con dos salas de proyecciones, una zona para exposiciones, una hemeroteca-biblioteca, una librería, un restaurante y bóvedas para guardar cintas, además de un taller de mantenimiento y reparación de películas.
Sin embargo, esta sede duró poco, pues en marzo de 1982 un incendio (que no se sabe cómo inició pero que pudo haber tenido que ver con el taller de reparación) quemó por completo la Cineteca y casi todas las cintas que se encontraban resguardadas en ella. Se dice que los bomberos tardaron horas en apagar el fuego y que hubo varios muertos y decenas de heridos.
Debido a esta tragedia, el recinto cambió de lugar al que tiene hoy en día en la Colonia Xoco, donde, el 27 de enero de 1984 (10 años y 10 días después de la primera inauguración), se abrieron las puertas de sus cuatro salas de exhibición. En este nuevo espacio se construyó también una bóveda de almacenamiento que tiene los controles de seguridad y temperatura que la Federación Internacional de Archivos Fílmicos exige a todo archivo fílmico.
Pero la historia no termina ahí, en diciembre del 2012, tras una remodelación y ampliación realizada por el arquitecto Michel Rojkind se reabrieron sus puertas con nuevas instalaciones, además de un nuevo foro al aire libre y áreas verdes. Ahora, en 2023 la Cineteca regresará a unas cuadras de su sede original (o por lo menos una de sus sedes) al abrirse su segunda sucursal en el CENART.
5 datos curiosos sobre la Cineteca Nacional
- En 1980, se organizó el primer Foro Internacional (un evento esperado cada año) y desde entonces, el recinto brinda un espacio a realizadores emergentes nacionales y extranjeros, así como a autores y películas de vanguardia.
- Desde su remodelación en 2012, La Cineteca Nacional cuenta con una bóveda de 700 m2 en donde se pueden albergar más de 50 mil películas. Además, en esta misma remodelación, se agregó un laboratorio de digitalización.
- Woody Allen es el director con más películas proyectadas en la Cineteca con más de 20 cintas exhibidas. Por el lado de los mexicanos, Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu son quienes ocupan los primeros lugares.
- Desde el 2014 cuenta con un departamento de Educación Continua que se encarga de ofrecer diplomados, cursos, seminarios, cátedras y talleres.
- 2018 tiene el récord de asistencia con más de 1 millón 400 mil espectadores. Algunos de los filmes más vistos ese año fueron “Isla de perros” de Wes Anderson y “Roma” de Alfonso Cuarón.
Más allá de una sala de películas
Además de ser un espacio de exhibición, la Cineteca Nacional también tiene la misión de proteger y estudiar la historia fílmica de México, por lo que además del restaurante, el foro al aire libre y todos los espacios que los cinéfilos conocen, cuenta con un Laboratorio de Restauración Digital, una biblioteca especializada en cine mexicano con más de 16 mil libros y 41 mil documentos de archivo y una biblioteca de películas con más de 700 obras cinematográficas, que también se especializa en cine mexicano.
La primera función de cine en México
El cine no tardó tanto en llegar a México como se podría pensar. Mientras que la primera función, organizada por los hermanos Louis y August Lumière, se llevó a cabo el 28 de diciembre de 1895, en México la primera proyección tuvo lugar tan sólo unos meses después, el 6 de agosto de 1896, en el Castillo de Chapultepec, donde un enviado de los hermanos Lumière le presentó el nuevo invento al presidente Porfirio Díaz.
A los pocos días de ese suceso, se realizó la primera función pública en un local al interior de la Droguería Plateros. El cine fue un éxito inmediato con el público mexicano (y lo sigue siendo) por lo que pronto comenzaron a surgir salones de cine que cobraban cincuenta centavos la entrada (un precio bastante elevado para la época, similar al de asistir al teatro o a los toros).
Otros cines que vale la pena conocer
La Cineteca no es el único lugar para los amantes del cine en la Ciudad, existen otras joyas ocultas que debes de conocer con carteleras distintas a las de un cine comercial (además que siempre tienen un restaurante o cafetería que vale la pena conocer).
Cine Diana
Aunque ahora es un Cinépolis, el Cine Diana es uno de esos extraños casos en donde un antiguo cine de la Ciudad no fue derrumbado para convertirse en algo más. Inaugurado en 1962, este recinto sobrevivió hasta finales de los años 90. En 1961 en el vestíbulo se incorporó el “Mural de Hierro” elaborado por el artista Manuel Felguérez que ahora se encuentra en MUAC en la UNAM.
Cine Tonalá
Aunque tiene la palabra cine en su nombre, no es sólo un espacio de exhibición de películas. Aquí podrás ver un filme y después entrar a una función de stand up. El restaurante es también un factor importante para considerarlo.
La Casa del Cine
Este espacio en el Centro Histórico se ha convertido en un must para quienes quieren encontrar un espacio para ver los filmes internacionales que muchas veces no están en los otros cines. Además de salas de proyección, cuentan con espacios para realizar eventos culturales, un espacio con libros sobre cine y una hasta una cafetería para platicar después de la función.
